27
Me acuerdo de que un padre de familia numerosa recriminaba a la más pequeña si al terminar de santiguarse se besaba la mano a la vez que pronunciaba amén. Recuerdo también que había observado estos gestos emparejados de manera recurrente durante toda mi vida, por eso para mí era algo que se había hecho así “toda la vida de Dios”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario